Llegan las Tiny Houses a Cataluña, un nuevo estilo de vida

Este concepto surge alrededor del 2016, con la crisis en EE.UU. y la dificultad de conseguir hipotecas, ya que en EE.UU. las casas son muy grandes y también lo son los costes. Para obtener una, es necesaria una inversión elevada, ya menudo los jóvenes no tienen los salarios ni las condiciones para permitirlo. La tendencia, por tanto, iba ligada a dos ideas. Por un lado, al hecho de no comprar una casa que no puedes permitirte. Y, por otra parte, a la aparición de un movimiento asociado a la idea de aquellos que defienden vivir con lo necesario, con menos. Esto se hace como respuesta a una forma de vida más sostenible que utiliza y se preocupa por los recursos, pensando en el futuro y el planeta.

En los últimos años, esta tendencia se ha vuelto irresistible y esa filosofía de vida va creciendo día a día. Creó un nuevo concepto de «la buena vida» que implica vivir con menos coste hipotecario en una casa de diseño, utilizando menos calefacción, electrodomésticos, mantenimiento… Y todo donde quieras: bosques, ríos, playas, etc.

Este tipo de casas tienen el objetivo innato de minimizar sus posesiones así como de ayudar al medio ambiente. Según esta filosofía, desprenderse de lo material y llevar una vida minimalista permite gozar de una libertad abrumadora.

Es más eficiente energéticamente debido a su menor espacio. Esto reduce el coste de la calefacción, el aire acondicionado, el agua y la electricidad. Ayudando a consumir recursos de forma responsable. Muchas de estas casas están equipadas con placas solares para proporcionar energía. También suelen disponer de un sistema de recogida de agua de lluvia para aprovechar las precipitaciones.

La sostenibilidad es uno de los pilares clave sobre los que se basa este movimiento. En tiempos de crisis ambiental global, todos deberíamos hacer todo lo posible para reducir el consumo y las emisiones.

Otra ventaja relevante es llevar las pequeñas construcciones a espacios más abiertos. Pequeños terrenos en los que la vida está rodeada de naturaleza. Las tiny houses pueden estar en espacios naturales y abiertos, en el campo o en la montaña, en las afueras de las ciudades… Las posibilidades son infinitas. Además, hoy en día vivir en una pequeña casa cuando se quiere tener residencia en el centro, es casi obligado. Por tanto, es una solución oportuna, de mejora y con la que ya estamos familiarizados.

Si estás pensando en cambiar tu estilo de vida y optar por una casa a medida recuerda que en Espígul podemos ayudarte. Nuestra constructora dispone de terrenos, tanto de compra como de alquiler, donde poder construir modelos de vivienda sostenible y eficientes de forma accesible. ¡Con el terreno terminado ya podrías sacar adelante tu proyecto!

Uno de los desafíos de una pequeña casa es hacer uso del espacio de almacenamiento. Generalmente, estos cofres se utilizan para vivir solo o en pareja. Por eso puede ser una opción vital para jóvenes, para parejas sin hijos o para aquellos que, una vez que sus hijos se van de casa, quieren un estilo de vida diferente.

La falta de metros cuadrados, ya que estas casas no suelen superar los 50 metros cuadrados, fomenta la decoración de una pequeña casa alimentada con muebles que se puedan abrir y cerrar según el uso que se le dará. Desaparecen los espacios innecesarios y la distribución se organiza por completo para crear una sensación de amplitud.

Algunas de las propuestas recomendadas de reorganización del espacio en las tiny house, son las siguientes:

– Entre el frente de muebles de la cocina y una mesa de comedor al menos unos 90 cm para que haya espacio suficiente para moverse aun si hay alguien sentado.

– Entre la cocina y una barra que haga de límite con el otro lado, basta con 70 cm. Suficiente para que se abra la puerta de muebles y electrodomésticos.

– Y, entre la cocina y un sofá, se aconsejan mantener unos 80-90 cm para moverse cómodamente y no manchar la tapicería. Además, en este caso, cuanto mayor sea la distancia, mejor por los olores de la cocina.

Una tiny house de 9,2 m de largo por 2,5 m de ancho suele situarse en torno a los 55.000 €, pero los hay desde 30.000 €. Podemos decir que su precio varía dependiendo de la elección de materiales, la técnica de construcción así como del nivel de personalización. Por tanto, una tiny house puede costar desde 15.000 € siendo de autoconstrucción hasta los 90.000 € de cara a un modelo más personalizado.

En Espígul trabajamos en el sector de la construcción y reformas, y contamos con más de 30 años de experiencia en el sector inmobiliario y de la construcción. ¡Podemos ayudarte si estás pensando en obtener un terreno y apostar por la tiny house o cualquier tipo de construcción a medida!

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