Tipos de seguros del hogar

Conceptos clave para entender cómo funcionan los seguros:

• Póliza: contrato.
• Tomador: quien contrata.
• Continente: elementos de construcción y estructura de una vivienda.
• Contenido: mobiliario, enseres y todo lo que hay en la vivienda.
• Prima: cantidad de dinero que se paga.
• Franquicia: importe que abona el asegurado cuando se produce un siniestro. Abarata la póliza, pero el asegurado siempre tendrá que pagar una parte.
• Siniestro: daños o pérdidas que la compañía contratada debe indemnizar al tomador.
• Indemnización: cantidad que la aseguradora da al beneficiario del contrato.

Tipo de seguros del hogar:

Por lo general, hay 3 seguros del hogar:

Póliza de daños:

Es la póliza más básica. Es obligatorio tener esta póliza para obtener un préstamo hipotecario.

Si hay algún accidente y la vivienda queda destruida, el seguro se hará cargo de afrontar el gasto, aunque si la cantidad endeudada en el banco es inferior a la que asume la aseguradora, la cantidad restante pasa a estar en cargo del asegurado.

Póliza multirriesgo:

Ésta resguarda el continente y el contenido de la casa. Algunos de los riesgos contemplados suelen ser:

Coberturas básicas: incendios, explosiones…

Garantías complementarias: gastos de extinción, salvamento, demolición…

Garantías adicionales:

• Daños por fenómenos meteorológicos
• Rotura de lunas (hasta el límite pactado en el contrato)
• Robo
• Vandalismo
• Daños eléctricos: subidas de tensión, cortocircuito, alteraciones en la corriente…
• Daños por agua
• Responsabilidad Civil: cubre las reclamaciones de terceros por los daños y/o perjuicios
• Defensa jurídica: daños que hayan producido terceras personas

Como puedes ver, existe una gran diversidad de modalidades en este tipo de seguros. Se pueden contratar coberturas de forma independiente, dependiendo de la flexibilidad de la póliza. El tipo de vivienda (alquiler, vacacional, primera vivienda…) también determina la oferta en seguros del hogar multirriesgo.

Póliza de amortización de préstamo:

Es un seguro de vida vinculado a un préstamo, hipotecario o personal. Se garantiza una cantidad equivalente a la deuda que se va reduciendo con el paso de los años y conforme se va amortizando el préstamo. En caso de muerte o invalidez permanente, la familia puede asumir el restante importe.

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