La regulación del alquiler de temporada: Un parche parcial a un problema estructural
diciembre 19, 2025
Girona, 19 de diciembre de 2025
Xevi Vila
La reciente regulación de los contratos de alquiler de temporada y habitaciones en Catalunya nace con la voluntad declarada de poner freno a determinadas prácticas que, según el legislador, desvirtuaban el mercado del alquiler residencial. Sin embargo, desde un análisis estrictamente inmobiliario, esta nueva normativa plantea dudas relevantes sobre su eficacia real y, sobre todo, sobre las consecuencias que puede tener en la oferta disponible.
Uno de los principales objetivos de la ley es evitar que el alquiler de temporada se utilice como vía para sortear los topes de precio establecidos en las zonas tensionadas. Sin embargo, equiparar este tipo de contratos al alquiler habitual, sin distinguir adecuadamente sus funciones y perfiles de demanda, puede acabar generando el efecto contrario al deseado: una retirada progresiva de viviendas del mercado del alquiler
Muchos propietarios que hasta ahora optaban por el alquiler de temporada —dirigido a profesionales desplazados, estudiantes internacionales o familias en situaciones transitorias— pueden percibir esta regulación como pérdida de flexibilidad y seguridad jurídica. En este contexto, la decisión de no alquilar, de vender el inmueble o de destinarlo a otros usos es cada vez más habitual, reduciendo aún más una oferta ya claramente insuficiente.
Por lo que respecta al alquiler de habitaciones, la limitación del precio total de la vivienda puede dificultar modelos que, bien gestionados, habían contribuido a ampliar opciones residenciales en entornos urbanos con una demanda muy elevada. La regulación del precio, sin medidas que incentiven la incorporación de nuevas viviendas en el mercado, tiende a actuar sólo sobre los efectos, pero no sobre las causas del problema.
El reto del acceso a la vivienda es profundo y estructural. Requiere políticas a medio y largo plazo orientadas a incrementar la oferta, facilitar la promoción de vivienda -también de alquiler-, reducir trabas administrativas y generar confianza tanto en propietarios como en inversores. Sin estos elementos cualquier regulación de precios corre el riesgo de ser una solución incompleta.
Desde Espigul Real Estate Group consideramos imprescindible un debate abierto, riguroso y alejado de planteamientos simplistas. El mercado inmobiliario necesita estabilidad, seguridad jurídica y una visión global que permita garantizar el acceso a la vivienda sin comprometer la viabilidad del propio mercado. Sólo así será posible avanzar hacia un modelo más equilibrado y sostenible.