Cómo alquilar tu piso de forma segura

Resumimos 7 claves que deben tener en cuenta, tanto los propietarios como los inquilinos, a la hora de alquilar un piso (y evitar así cualquier tipo de malentendido):

1. El propietario debe asegurarse de entregar la vivienda en perfectas condiciones de habitabilidad y limpieza, si busca que el inquilino responda adecuadamente. Es importante comprobar el estado de la misma y acreditar que reúne los requisitos necesarios para alquilarla. Puedes consultar este otro artículo, si deseas saber como preparar una visita perfecta a tu piso.

2. Redactar un buen contrato es clave para alquilar un piso de modo seguro. En este contrato debe especificarse todo aquello considerado más relevante (se recomienda contactar con la ayuda de un profesional, para asegurarse de que se hace correctamente). Algunos de los aspectos básicos que suelen especificarse en un buen contrato, entre otras cosas, son: 

• El inventario de mobiliario de vivienda. Se recomienda hacer un inventario, si puede ser acompañado de imágenes, dónde quede reflejado todo lo que está en el inmueble, desde los muebles hasta los electrodomésticos (en el caso de que el inquilino pueda hacer uso de ellos durante el tiempo que resida en el piso). De este modo, si al finalizar el contrato hubiera daños en el mobiliario, el propietario podrá reclamarlos.

• La cuantía de la fianza. Actualmente, la seguridad del arrendamiento reside en las garantías económicas como, por ejemplo, pedir varios meses de fianza o un aval bancario. 

• El plazo de duración. En los contratos, especialmente los de larga duración, el inquilino debe depositar como fianza una mensualidad. Aparte de la fianza, la ley también permite que se establezca cualquier tipo de garantía del cumplimiento de las obligaciones de pago, de manera adicional, en el momento de firmar el contrato. Este importe se fija entre el propietario e inquilino.

• Si es necesario, también pueden establecerse cláusulas de prohibición en el contrato como, por ejemplo, la prohibición de subarrendamiento (que el inquilino no pueda alquilar la vivienda a un tercero) o la prohibición de mascotas en la vivienda (estas prohibiciones dependen de los requisitos del propietario). 

Si quieres conocer más detalladamente cuáles son los gastos que debe asumir el propietario, clica aquí.  

3. Cumplir con la normativa vigente. La ley, que en este caso es la de Arrendamientos Urbanos (LAU), es clara con lo que se refiere a los plazos de pago. Plazos como el cumplimiento del contrato, el tiempo para que el inquilino pague la renda, así como el tiempo mínimo de arrendamiento. En el caso de que la normativa no se cumpla, el propietario podrá tomar medidas.

4. Alquilar a través de organismos oficiales. Muchas comunidades autónomas ofrecen un servicio público de gestión profesional de los arrendamientos. Este servicio actúa como un intermediario entre propietarios e inquilinos y, a su vez, aporta garantías. Por un lado, a cambio de un precio más económico de la vivienda, el propietario se asegura de que este esté bien cuidado y, por otro lado, el inquilino se beneficia de un coste más reducido y cuenta también con la tranquilidad de la presencia de un organismo público en el caso de que surja algún problema.

5. Contacto directo vía email. Una de las vías directas para la resolución de cualquier problema es facilitar las comunicaciones entre las dos partes. Esto puede hacerse facilitando que el contrato de arrendamiento se incluya en un mail de contacto. Así, los documentos estarán siempre disponibles y serán una prueba evidente de lo consensuado. 

6. Hacer una cuidadosa selección del inquilino. Es importante conocer a quién va a estar viviendo en nuestra propiedad y así evitar quebraderos de cabeza y preocupaciones. Con el fin de comprobar su capacidad de pago y estabilidad laboral, podemos solicitar su nómina y contrato de trabajo. También podemos recurrir a su historial y averiguar si ha tenido incidencias de pago anteriormente. El hecho de conocer los datos personales y económicos del inquilino nos permitirá anticipar problemáticas y rechazarlo a tiempo, si es preciso.

7. Qué hacer en caso de impago. Todos los temas tratados con anterioridad son tips para evitar que esto llegue a suceder. No obstante, lo mejor es hacerse con un servicio que nos garantice el cobro de alquiler y con el que poder evitar este tipo de problemas y quedarnos tranquilos.

Lo ideal es intentar llegar a un acuerdo para dar fin al contrato o bien, para continuar. Si esto no funciona, podemos optar por una alternativa judicial, la cual conlleva un desahucio. Esta demanda, una vez es notificada en el juzgado, proporciona al inquilino 10 días para pagar el alquiler o abandonar la vivienda. 

Sin duda alguna, y sabiendo algunas claves de cómo vender un piso de forma segura, se pueden eludir algunos riesgos. Recomendamos tomarse el tiempo necesario para hacerlo, y sobre todo, y como arrendador, que se cumpla con la normativa, se mantenga la vivienda en buenas condiciones y se trate con respeto al arrendatario. 

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